NUESTRA HISTORIA
Hermanos Gasch, unidos pero independientes
El apellido GASCH es, sin duda, uno de los más reconocidos en el mundo charcutero de Barcelona y a él asociamos tres empresas de renombre con siete establecimientos en la ciudad de Barcelona y en Sant Cugat. Estamos hablando de Gasch Xarcuters, Enric Gasch y Gasch Cansaladers, capitaneadas de forma independiente por los hermanos Jaume, Enric y Josep respectivamente, tres maestros artesanos tocineros-charcuteros que llevan el oficio en los genes.
Las raíces hay que buscarlas en su bisabuelo, que todos los inviernos bajaba a Barcelona desde la Cerdaña para trabajar en el matadero de la ciudad, donde era líder del grupo.
Sus abuelos no se dedicaron a ello, pero sí la siguiente generación, la de su padre. En 1954, Miquel Gasch Artisó siguió los pasos de su hermano, que un año antes había dejado Prats y Sansor en busca de un trabajo en Barcelona, donde ya se había establecido como tocinero en el barrio del Born .
Muy pronto, Miquel también encontró trabajo como mozo de una tocinería en Camp de l'Arpa, donde no sólo aprendió a deshacer el cerdo ya elaborar butifarras y embutidos de todo tipo, sino a realizar todas aquellas tareas que comporta este oficio.
Tres años después de su llegada a Barcelona, en 1957, a Miquel le surgió la oportunidad de comprar una pequeña tienda que se traspasaba, pero la escasez de recursos económicos hizo que llevara la gestión del establecimiento junto con una de sus hermanas.
Un año más tarde, Miquel se casaba con Anna Freixes Rubió, quien también aprendió el oficio, y al cabo de un par de años más nacía su primer hijo, Jaume. Pero esa tienda de la calle Garrotxa era entonces demasiado pequeña y no daba los ingresos suficientes para mantener a tres familias, así que adquirieron otros dos locales en el casco antiguo de la ciudad y cada uno de los hermanos se hizo cargo de su propio negocio.
Tradición, calidad y excelencia
Aunque fueron años de trabajo, esfuerzo y sacrificio, la familia Gasch Freixes fue prosperando y, cuando sus medios les permitieron, ampliaron el primer local y fueron agrandando el negocio con la adquisición de otros tiendas en la ciudad. Desde muy jovencitos, los cuatro hijos de Miquel y Anna aprendieron el oficio, aunque sólo los tres hombres siguieron los pasos de sus padres. Trabajaron todos juntos hasta que los hermanos se casaron y cada uno se estableció por su cuenta. La tienda de la calle Garrotxa del Guinardó, la matriz del negocio, se hizo cargo del hermano pequeño, Josep Gasch.
Sin perder el espíritu de trabajo, rigor y constancia que les enseñaron sus padres, estos tres hermanos, con la colaboración fundamental de sus mujeres, han luchado por mantener la máxima calidad de los productos y por ofrecer una buena atención al cliente, y con el paso de los años sus negocios también han ido creciendo.
Entre los tres, ahora suman siete puntos de venta con más de 60 trabajadores: una tienda de Gasch Xarcuters en el barrio de Sant Andreu y otra en Gràcia; dos de Enric Gasch, en la Verneda y el Eixample, y otras tres de Gasch Cansaladers, dos en Barcelona en los barrios del Guinardó y la Verneda, y una tercera en Sant Cugat del Vallès. A estas tiendas hay que añadir las empresas de venta al por mayor de productos ibéricos y embutidos de elaboración propia, una muestra más del carácter emprendedor de esta familia.
A día de hoy, también se ha sumado al negocio la cuarta generación de la familia Gasch, con la incorporación de Miquel, el hijo mayor de Josep, responsable del obrador de Gasch Cansaladers.